En el día de ayer, primero de mayo, se registró un enfrentamiento entre la policía y usurpadores que usaron a niños como escudos humanos para resistir el desalojo.
En las imágenes, que se hicieron virales en redes sociales, se puede observar cómo los niños eran empujados por mayores hacia adelante para confrontar con la policía. Se llega a escuchar como incluso grita “que le peguen a los chicos”.
El episodio ocurrió en la localidad de Charata donde un grupo de 100 personas se encontraba usurpando un terreno. Para mediar en la toma llegó al lugar Anahí Fernández, ayudante del fiscal, para dialogar con los ocupantes, que no desistieron de su accionar y reclamaron la presencia del propietario. Este, un hombre de 66 años, se hizo presente a las pocas horas con los documentos que certifican su propiedad sobre las tierras.
Los usurpadores, no obstante, mantuvieron su decisión de no retirarse y frente a la creciente tensión, decidieron grabar la escena y colocar utilizar a los menores como “escudos humanos”.
La situación en Charata no es nueva, y se han registrado casos similares en el pasado. Es importante entender que la necesidad de la gente de tener un lugar propio es real, pero no justifica la toma de terrenos que no les pertenecen. Además, como ha sucedido en otros casos, algunas personas que toman terrenos los venden después, lo que muestra que no necesariamente es una cuestión de necesidad, sino también de oportunismo.
En este caso específico, también se ha destacado que una de las propietarias del terreno es una persona ligada al ambiente político, lo que sugiere que el tema puede estar relacionado con estos intereses.
