Los niños con autismo pueden enfrentar desafíos en su desarrollo físico, social y emocional, y el deporte puede ser una herramienta valiosa para ayudarles a superar estas barreras. Al participar en actividades deportivas, los niños con autismo pueden mejorar su coordinación motora fina y gruesa, aumentar su resistencia y fuerza física, y mejorar su equilibrio.
Pamela Ciancio licenciada en psicología pasó por el estudio ce N9 Central para contar la importancia de la disciplina. “El autismo es tan diferente en los niños como la cantidad de niños que existe. Cada uno tiene su particularidad y en base a eso se trabaja para que cada uno tenga su mejoría y adaptación”, remarcó la profesional.
Además de los beneficios físicos, el deporte también puede fomentar la interacción social y mejorar las habilidades sociales de los niños con autismo. Al trabajar en equipo y comunicarse con otros jugadores, los niños pueden aprender a compartir, cooperar y respetar a los demás. También pueden desarrollar habilidades de liderazgo y confianza en sí mismos al participar en deportes individuales.
“El deporte es un medio de inclusión para esta socialización porque les permite a los chicos compartir a través de la adquisición de diferentes actividades motoras y motrices, tienen un acercamiento al otro. Se construye día a día y con herramientas necesarias para que sea posible”, comentó la licenciada.
El deporte también puede ser una forma efectiva de reducir el estrés y promover una vida activa y saludable. Los niños con autismo pueden experimentar ansiedad o estrés debido a las dificultades que enfrentan en su día a día, pero el deporte puede proporcionarles un escape saludable para liberar sus tensiones.
El deporte es una herramienta valiosa para el desarrollo físico, social y emocional de los niños con autismo. Debemos animarlos a moverse y disfrutar de todos los beneficios que el deporte puede ofrecerles.
