La tecnología avanza también en el ámbito agropecuario en busca de un desarrollo sustentable y de un oro más blanco y ecológico: el algodón.
En diálogo con N9, Miguel Kolar, ingeniero agrónomo, comenzó los alcances de la tecnología en el desarrollo agropecuario. Explicó primeramente que la huella de carbono «es una manera de medir los gases de efecto invernadero que se emiten en la producción de un producto, en el funcionamiento de una empresa, incluso de una persona”. Comentó que esos gases que van a la atmósfera y arman una capa que reflejan la temperatura del suelo. De tal forma que cuando el sol pega sobre la tierra, ésta se calienta y emite radiación térmica hacia la atmósfera. “Gracias a eso hay vida en la tierra”, subrayó.
“Cuando vemos que se quema un pastizal, un monte o un combustible o el motor de un auto, ese humo es dióxido de carbono”, resaltó.
También comentó que una norma llamada ISO que es estándar en todo el mundo, la cual especifica de qué manera medir las emisiones en un proceso productivo. Por lo que “hemos hecho con una empresa de Grupo Linke es medir la emisión que generamos nosotros al producir fibra”.
De tal forma que “para el primer año que hemos medido nos dio una emisión de 1004 kg de dióxido de carbono, equivalente por tonelada” señaló.
Por lo tanto, comentó que en comparación con otros países “estamos bien parados frente al mundo”, ya que Brasil está en 1,98 kilo por kilo de fibra, la India está en 4 kilo por kilo. Mientras que China está en 3,8 y Pakistán también. “Estamos al 50% de lo que emite Estados Unidos y Brasil y al 25% de lo que emite India y China que son los principales países productores”, precisó.
“EL PERFIL AMBIENTAL DEL PRODUCTOR ARGENTINO ES MUY MUY SUPERIOR AL PERFIL AMBIENTAL DE LOS PRINCIPALES PRODUCTORES DEL MUNDO”.
