Hasta ahora, el Kremlin sólo hablaba de “Operación especial” e imponía penas severas contra cualquier comunicador y ciudadano común que se refiriera a la invasión de Ucrania iniciada en 2022 como “guerra”.
Dmitri Peskov, portavoz de la Presidencia
l gobierno ruso ha reconocido públicamente la situación actual en Ucrania, admitiendo que se encuentran «en estado de guerra», en palabras del portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, durante una entrevista reciente publicada en el diario Argumenti i fakti. Peskov señaló que lo que inicialmente se consideraba una «operación militar especial» ha evolucionado hacia un conflicto armado a gran escala, especialmente con la intervención de potencias occidentales en apoyo a Kiev.
Peskov aseguró que Rusia continuará tomando medidas para garantizar que el potencial bélico de Ucrania no represente una amenaza para sus intereses.
Sin embargo, esta declaración se produce en medio de un aumento significativo de la violencia, con un reciente ataque ruso que involucró el lanzamiento de numerosos misiles y drones contra infraestructuras críticas y zonas residenciales en Ucrania, como reveló el presidente Volodimir Zelensky.
El mandatario ucraniano ha instado a sus aliados occidentales a acelerar la entrega de ayuda militar, especialmente en términos de sistemas de defensa aérea para proteger a la población civil de los ataques rusos indiscriminados.
El conflicto ha llevado a un grave deterioro de la situación humanitaria en Ucrania, con importantes daños a la infraestructura y víctimas civiles. Zelensky ha reiterado la urgencia de recibir más apoyo internacional para defenderse de la agresión rusa y ha denunciado los ataques dirigidos a instalaciones críticas, como centrales eléctricas y líneas de suministro de energía. La comunidad internacional observa con preocupación la escalada de violencia en la región y busca soluciones para poner fin al conflicto y proteger la vida de los civiles afectados.
