Noticiero 9

Caso Griselda Blanco: avanza la investigación y cobra fuerza la hipótesis del crimen vinculado a la libertad de expresión

En las últimas horas, se han revelado importantes novedades en torno al caso de Griselda Blanco, que ha conmocionado a la Provincia de Corrientes y generado importante repercusión en la comunidad de la prensa a nivel nacional e internacional.

La investigación ha dado un giro significativo en la noche de ayer con el arresto de una persona que habría tenido una relación cercana con la comunicadora en el último mes. Bajo la orden de la fiscal María José Barrero, la Policía Federal, que interviene de manera especial en la causa, llevó a cabo la detención de este individuo, cuya identidad aún no ha sido revelada, pero se le atribuye ser un empresario nocturno propietario de un boliche en la ruta 126, en las afueras de Curuzú Cuatiá.

Uno de los elementos clave en esta nueva fase de la investigación es el celular de la víctima, que hasta ahora no había sido encontrado. Según los familiares y amigos de Griselda Blanco, este teléfono era utilizado para su comunicación diaria y se creía que contenía información relevante para esclarecer el crimen. Sorprendentemente, se informa que dicho celular fue hallado en el domicilio allanado del empresario detenido.

Si bien no se han revelado detalles sobre cómo se llegó a esta persona ni qué evidencias condujeron a su arresto, se especula que el hallazgo del celular y las conversaciones vía WhatsApp entre él y la periodista fueron determinantes. Según fuentes cercanas a la investigación, estas conversaciones habrían sido tensas en los últimos momentos previos al fallecimiento de Griselda Blanco.

La aparición de este nuevo implicado ha puesto en duda la situación del imputado Armando Jara, ex pareja de la víctima y uno de los sospechosos desde un principio. Se cree que la relación entre ambos se había deteriorado desde hace aproximadamente cinco meses. Sin embargo, el foco de atención ahora se desplaza hacia este empresario nocturno, quien aparentemente estaría más comprometido en el caso.

Las cámaras de seguridad también han jugado un papel importante en la investigación. Se ha informado que tanto Armando Jara como el empresario detenido fueron captados en las inmediaciones del domicilio de Griselda Blanco en el horario en que se estima ocurrió el asesinato. Estos registros, sumados a otras pruebas, fortalecen la hipótesis de que el crimen podría estar vinculado a la libertad de expresión de la periodista, lo que genera preocupación entre los organismos vinculados a la labor periodística, como FATPREM (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) y el colectivo de mujeres periodistas argentinas, que se hicieron presentes en la provincia para seguir de cerca la investigación y reclamar el esclarecimiento del asesinato.

La intervención de la Policía Federal en este caso cobra relevancia debido a que Griselda Blanco habría denunciado previamente a agentes de policía de Curuzú Cuatiá por presunta complicidad con sectores delictivos. Esta denuncia podría arrojar luz sobre las conexiones que podrían existir entre el crimen y las redes de delincuencia local.

En medio de esta situación, una comisión de periodistas, especialmente conformada por mujeres, ha llegado a Curuzú Cuatiá con el objetivo de reunirse con los familiares de Griselda Blanco, la fiscal a cargo y el ministro de Justicia provincial. Su intención es visibilizar el caso y mantenerlo en la agenda mediática nacional, buscando respuestas y justicia para la destacada periodista.

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