La sombra de la duda y las sospechas se ciernen sobre la muerte de Ivana Emilia Acosta, una joven chaqueña de 32 años, cuya vida fue segada en circunstancias aún inciertas en Río Gallegos en el año 2021. Si bien las justicia intentó cerrar el caso como un suicidio, sus padres, Alfredo Acosta y Cecilia Acevedo, denuncian que se trató de un femicidio a manos de su ex-pareja, quien formaba parte, junto con Ivana, de la Policía Federal de Río Gallegos.
Alfredo Acosta relató a N9 el recorrido de su hija en busca de un futuro mejor en Río Gallegos. Oriunda de Pampa del Indio, la joven, madre de dos hijos, había decidido trasladarse al sur, donde ingresó al ejército y luego se unió a las filas de la Policía Federal. En ese lugar conocería a su pareja, un oficial también de Chaco, quien, según testimonios de amigos cercanos, tenía antecedentes de violencia.
La relación no habría durado mucho tiempo y según Alfredo, la pareja llegó a su fin debido a problemas de convivencia. Desde entonces ella había expresado su deseo de pedir el traslado a otro lugar para alejarse de una situación que describía a sus familiares como “insostenible”.
Sin embargo, el fatídico 1 de junio de 2021, Ivana habría invitado a su expareja a cenar y confesarle que estaba embarazada de otra persona, lo que aparentemente habría detonado los eventos que llevaron a su trágico final.
Al día siguiente es hallada muerta en su casa con un disparo en la cabeza. Inicialmente la causa es catalogada como suicidio. Pero para la familia Acosta existieron numerosas irregularidades en el curso de la investigación.
En principio, cuenta Alfredo, al llegar a la casa de su hija pudieron observar que la escena del crimen fue alterada y que se encontraron pruebas que contradicen la versión inicial de un suicidio. Cecilia Acevedo, madre de Ivana, expresó: «Quiero justicia por mi hija. Justicia para que todo salga a la luz y se investigue adecuadamente. Amenazaron a nuestros testigos, hay algo oscuro allí y necesitamos que se haga justicia y se cite a declarar a quien estaba con ella en sus últimos momentos».
La versión oficial inicialmente indicó que Ivana no estaba embarazada, pero el hallazgo de un test de embarazo con resultado positivo en la casa de la víctima, más los resultados posteriores de análisis de sangre realizados por un laboratorio particular, que confirmaron su estado de gestación, aumentaron aún más las sospechas de la familia sobre la transparencia del proceso.
«Si el pelado sabe que estoy embarazada, me mata», habría dicho Ivana a sus amistades, revelando el temor que sentía hacia su novio. Sumado a eso, sus padres cuentan que poco antes de morir, Ivana había realizado compra de materiales para construir una casa, lo cual reafirma su negativa a la hora de aceptar que su hija hubiera decidido quitarse la vida.
«La puerta del dormitorio estaba rota. Mi hipótesis es que hubo un forcejeo y que ella trató de defenderse, porque ella no se iba a quedar sin luchar», expresó Cecilia Acevedo, quien también cuestionó la actuación de la justicia en el caso. Los padres de la víctima piden que se realice una investigación exhaustiva y que se llame a declarar al novio de su hija, quien fue la última persona que estuvo con ella antes de su muerte.
La familia, junto con abogados especializados en violencia contra las mujeres, continuará presionando para que se haga justicia y se aclaren las circunstancias de la muerte de su amada hija. De momento, la justicia sigue considerando el hecho como un suicidio y, hasta el día de hoy no hay otra hipótesis oficial sobre el caso.
