La hidratación adecuada es clave para evitar mareos y síncopes durante la actividad física en días de altas temperaturas.
Con la llegada de las olas de calor, la práctica de ejercicio físico al aire libre o en ambientes no climatizados puede representar un riesgo significativo para la salud. El doctor Alejandro Amarilla, médico cardólogo, advierte sobre la importancia de tomar precauciones para evitar golpes de calor y problemas cardiovasculares.
“La actividad física es esencial para la salud, pero no podemos hacer lo mismo todo el año en los mismos horarios”, explicó a Radio Nordeste el especialista. Según Amarilla, es clave elegir el momento adecuado para ejercitarse: “Lo ideal es entrenar temprano en la mañana, antes de que las temperaturas comiencen a elevarse de manera crítica”.
Cuando la temperatura ambiental supera los 30°C, el cuerpo tiene dificultades para disipar el calor generado por la actividad física. “El ambiente exterior está más caliente que el interior del cuerpo, lo que impide una correcta regulación térmica”, señala el doctor Amarilla. Esto puede llevar a deshidratación, caída de la presión arterial y síncope por calor.
Uno de los principales problemas es la pérdida de líquidos y sales minerales a través del sudor. “Cada hora de ejercicio es fundamental reponer líquidos, y en algunos casos, también sales”, recomienda el especialista. La falta de hidratación adecuada puede generar fatiga extrema, mareos y hasta pérdida del conocimiento.
Otro factor a considerar es el impacto del cambio brusco de temperaturas. Para quienes entrenan en gimnasios con aire acondicionado, el drástico contraste térmico entre el interior y el exterior puede afectar la presión arterial y las vías respiratorias. “Lo recomendable es hacer una vuelta a la calma, hidratarse correctamente y evitar salir inmediatamente al calor intenso”, sugiere Amarilla.
Ante temperaturas extremas, el doctor Amarilla aconseja:
- Evitar el ejercicio en horas de calor intenso: entrenar temprano en la mañana o al anochecer.
- Usar ropa transpirable y de colores claros.
- Hidratarse antes, durante y después del ejercicio: es clave empezar la actividad bien hidratado.
- Controlar la presión arterial si se tienen antecedentes cardiovasculares: “Las personas mayores de 30 años deberían controlarse la presión dos o tres días seguidos antes de entrenar con calor extremo”, indica el especialista.
- Prestar atención a las señales del cuerpo: si aparecen síntomas como mareos, fatiga excesiva o confusión, es importante detener la actividad y buscar hidratación y sombra.
Finalmente, el doctor Amarilla destaca que cada persona tiene una tolerancia diferente al calor, por lo que el tratamiento y las precauciones deben adaptarse a cada caso. “No todas las personas reaccionan igual ante el calor y el esfuerzo físico; es fundamental conocer los propios límites y actuar en consecuencia”, concluye.