La Directora de Higiene y Control Bromatológico destacó la necesidad de prestar atención a las rotulaciones y no sobrecargar las heladeras.
Con la llegada del calor, la seguridad alimentaria se vuelve una preocupación clave. En diálogo con N9, la Directora General de Higiene y Control Bromatológico, Raquel Camors, advirtió sobre la importancia de mantener la cadena de frío desde el momento de la compra hasta el consumo. "Siempre es fundamental mantener la cadena de frío, incluso en el traslado. Es recomendable llevar una bolsa de refrigeración para evitar que los productos se deterioren", explicó.
Al momento de comprar, es esencial verificar la rotulación de los productos, ya que allí se especifican las condiciones de conservación. "Hay alimentos que deben mantenerse refrigerados y otros congelados, y eso está claramente detallado en los envases", detalló Camors. También subrayó que un adecuado suministro de energía es clave para que los electrodomésticos mantengan su función.
El estado de las heladeras es otro punto crucial. "No debemos abarrotar las heladeras, ya que esto afecta la circulación del frío y puede alterar la conservación de los alimentos", explicó la especialista. Además, recomendó revisar los burletes de las puertas y estar atentos a la transpiración de los productos. "Si el envase presenta agüa en su superficie, puede ser un indicio de que estuvo fuera de la temperatura adecuada", advirtió.
En los hogares, se recomienda no dejar los alimentos a temperatura ambiente por más de dos horas y evitar abrir y cerrar la heladera en exceso. La refrigeración debe mantenerse entre 0 y 5 grados para la mayoría de los productos perecederos. "Esa temperatura es fundamental para que los alimentos no pierdan sus características originales ni se conviertan en un riesgo para la salud", señaló Camors.
Por otro lado, en casos donde no sea posible garantizar una correcta refrigeración, se recomienda optar por alternativas seguras. "Si sabemos que la conservación del alimento no será adecuada, es mejor elegir opciones que no requieran frío, como frutos secos o panificados", sugirió la especialista.
La prevención es la mejor estrategia para evitar enfermedades transmitidas por alimentos en mal estado. Siguiendo estos consejos, tanto consumidores como comercios pueden contribuir a una adecuada seguridad alimentaria.