El líder del grupo respaldado por Irán elogió los logros palestinos y pidió firmeza al Estado libanés ante las tensiones en la frontera.
El líder de Hezbolá, Naim Qassem, expresó su apoyo al acuerdo de alto el fuego alcanzado entre Israel y Hamás en Gaza, destacando que la resistencia palestina demostró su capacidad de mantenerse firme frente a los objetivos israelíes. Estas declaraciones, realizadas el sábado, son las primeras en público del dirigente desde que se concretó el pacto el miércoles pasado. Según Qassem, el acuerdo refleja la "persistencia" de los grupos de resistencia y su capacidad para alcanzar lo que buscaban.
Qassem subrayó que este pacto no difiere sustancialmente de propuestas similares realizadas en mayo de 2024. Para él, la falta de concesiones por parte de los grupos palestinos evidencia su fortaleza frente a Israel, que no logró cumplir sus objetivos principales. La retórica del líder de Hezbolá también se enfocó en celebrar el respaldo regional, especialmente de países como Irán, que sostienen a estas fuerzas.
Paralelamente, el alto el fuego entre Israel y Hezbolá, mediado por Estados Unidos y Francia, ha generado tensiones debido a las acusaciones cruzadas de incumplimiento. Este acuerdo estipula la retirada de las fuerzas israelíes del sur del Líbano en un plazo de 60 días y la retirada de los combatientes de Hezbolá de esa misma región. Sin embargo, ambas partes se han señalado mutuamente por supuestas violaciones, lo que amenaza con socavar la frágil tregua.
En este contexto, Qassem hizo un llamado al Estado libanés para que actúe con firmeza frente a lo que calificó como "violaciones israelíes" que, según él, ya han superado el centenar. También advirtió que poner a prueba la paciencia de Hezbolá podría tener consecuencias graves. Las declaraciones del líder refuerzan la postura del grupo como actor clave en la estabilidad de la región.
El acuerdo de alto el fuego en el sur del Líbano, aunque vital para evitar una escalada mayor, enfrenta desafíos logísticos y políticos. La desconfianza entre las partes y la complejidad de las dinámicas internas dificultan la implementación efectiva de los compromisos asumidos. Esto podría derivar en un resurgimiento de las hostilidades si no se aborda con celeridad.