Tras meses de trabajo, el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen) liberó en Guaymallén los primeros 10 mil Aedes Aegypti esterilizados de ensayos iniciales para combatir el dengue en la provincia. Detrás hay detalles, y por delante una serie de pruebas que triplicará esa cifra en zonas urbanas y rurales de Mendoza. Lo llamativo es su color rojo.
Los trabajos basados en la Técnica del Insecto Estéril (TIE) son parte de un convenio con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Un acuerdo que, por su alcance, podría proyectar a la bioplanta de Mendoza como una proveedora del control del dengue a todo el mundo.
La TIE no es un recurso nuevo para los técnicos del Iscamen, acostumbrados a someter a rayos gamma a insectos de otras plagas con el mismo fin, particulamente la Mosca del Mediterráneo y Lobesia Botrana, o polilla de la vid.
Más allá de las que provocan fuertes pérdidas económicas a montes frutales y viñedos, es la primera vez que el ente fitosanitario de Mendoza realiza ensayos en busca de neutralizar el riesgo del dengue para la vida humana.
"Se están realizando ensayos de compatibilidad en espacios confinados. Prueban la capacidad de los machos de Aedes criados en el laboratorio de ser aceptados por mosquitos silvestres", explicó antes de la liberación Mónica López, coordinadora de esta etapa en Iscamen, sobre el test previo a constatar la eficacia del método de control.
La liberación de los primeros Aedes Aegypti estériles es el paso siguiente del ensayo que Iscamen inició meses atrás, al analizar "el comportamiento del insecto producido en laboratorio en un entorno real".
En junio, se incorporó un nuevo equipo que permite separar las pupas por sexo, para identificar a hembras que reproducen al Aedes y esterilizarlas. De ahí el color rojo intenso usado como parte de la validación del método. Es tan rigurosa la tarea que, tras la selección mecanizada de pupas toca un trabajo manual. "La segunda separación, y definitiva, antes de teñirlos con pigmento rojo", indicaron.
Precisamente, sobre el color particular que identifica a los machos estériles liberados, es que Iscamen insistió en que los mendocinos que los encuentren no los maten, porque se tratan de los Aedes "buenos" y no peligrosos.