PERÚ

Un chaqueño cara a cara con una anaconda: “no le tengo miedo, me genera mucha adrenalina”, comentó a N9

31 de Julio, del 2024 - Destacadas

El chaqueño Sergio Antúnez Rossi se adentró en la selva peruana con la misión de retratar animales salvajes. Este experto en ofidios salió a buscar a la segunda especie de serpiente más grande del planeta y, para su sorpresa, la encontró. Según comentó, “Hasta un lugareño podría pasar la vida entera sin ver una así”. Lo que encontró fue una gigantesca anaconda de seis metros y al menos 100 kilos que hacía la digestión en la orilla de uno de los brazos del río más importante del mundo, con la presa en su interior.

Desde joven, Antúnez Rossi ha tenido una fuerte atracción por la naturaleza y los reptiles. “Desde chico soy muy loco de la naturaleza y me gusta estar en ambientes naturales y también mi atracción por las serpientes y los reptiles. Trato de viajar siempre a destinos tropicales en diferentes regiones del globo. Y bueno, en este caso tocó la Amazonía. Y por supuesto, si uno habla de la Amazonía y te gustan las serpientes, uno de los objetivos era venir a encontrarme con la anaconda verde aquí en su hábitat”, expresó.

Antúnez Rossi también abordó los mitos alrededor de las anacondas, diciendo: “si bien por Hollywood o por las películas o porque la gente cree en la mitología que las anacondas son gigantes y que pueden medir más de 10, 15, 20 metros y comer seres humanos, esto está lejos de la realidad. Si bien genéticamente la anaconda verde, que es esta especie amazónica, puede llegar hasta los 8 metros, hay registros inclusive de más de 8 metros. Es muy difícil encontrar un ejemplar que supere los 5 metros en estado salvaje por diferentes motivos, tanto por los predadores, porque las matan los lugareños, o también porque cuando llegan a ese tamaño son inclusive más esquivas, y si bien son animales muy grandes, se camuflan muy bien y son prácticamente invisibles”.

El veterinario explicó cómo logró avistar la anaconda en el río Tahuayo, uno de los afluentes de la cuenca amazónica. “Estoy en Iquitos, ahí me había metido a la selva 10 horas en barco y de ahí otras 2 o 3 horas más en bote pequeño. Tuvimos la suerte de que ellas, cuando están con la panza vacía, cazando, prácticamente son invisibles porque no se dejan ver. Pero una vez que la anaconda caza y come, ya no se puede zambullir por esa bola grande que tiene el animal. Entonces también por su digestión tienen que tomar sol y ahí se vuelven casi imposible de esconderse. En este caso tuvimos la suerte de que ella había cazado y estaba en la orilla tomando sol, haciendo su digestión”.

Antúnez Rossi comentó sobre la dificultad de calcular el peso de estos reptiles: “Es difícil calcular el peso porque realmente los reptiles como estos son muy musculosos y realmente son muy pesados. Creo que esta anaconda estaba rondando los 100 kilos o inclusive un poco más”.

Cuando se le preguntó sobre su miedo a las serpientes, Antúnez Rossi afirmó: “No tengo miedo cuando me arrimo a ninguna serpiente. He manipulado dentro del mundo de las serpientes a las más venenosas, a la mamba negra, cobras, a las víboras más peligrosas, serpientes marinas. Nunca tengo miedo, sí me genera una adrenalina porque, bueno, es un animal que potencialmente si cometo un error podría matarme, pero miedo nunca, sí, mucha adrenalina y mucha felicidad porque es muy difícil. Fue mi primera anaconda verde en la naturaleza. Es muy común ver más pequeñas, de 2 metros, de 3 metros, pero encontrar la primera y que sea un monstruo como este realmente es muy difícil”.

Respecto al tiempo que llevó encontrarla, detalló: “En este caso fue bastante rápido, tuve suerte, fue en la segunda. Llegué a Perú, me fui al Amazonas Sur, ahí me agarró el friaje que le dicen que estuvo el clima medio frío, estuve una semana ahí, no pude ver muchos bichos y de ahí volé al corazón del Amazonas, a Iquitos. Estuve aproximadamente cuatro días en la selva y la pudimos encontrar. Después volví a estar en la selva otros tres días y no pude ver bichos. Ahora creo que me meto de vuelta. Para que ustedes entren en razón, con las personas que estaba, el guía que estaba ahí lleva 10 años en Perú, en el Amazonas, y es la primera vez que puede ver una tan grande, así que fue un hallazgo impresionante”.

En cuanto a la búsqueda de la especie de serpiente más grande del planeta, Antúnez Rossi explicó: “La primera ya la encontré. Vive en el sudeste asiático. Yo ya he estado en Indonesia y he rescatado una de 3 metros. Era una gigantesca de 10 metros, pero ya he tenido contactos, es la pitón reticulada y ya, por suerte, ya la he visto y manipulado hace unos años”.

Finalmente, el veterinario dejó un mensaje importante: “las serpientes no vinieron al mundo a atacar ni a matar seres humanos. Las personas tienen un miedo irracional, son seres incomprendidos. Mucho tuvo que ver la religión, la mala información, la ignorancia. Invito a la gente hoy en día con las redes sociales y la información en Internet, a que cualquier persona pueda identificar un animal silvestre. No hace falta matarlo, solamente tomar distancia y llamar a una persona que lo remueva si en algún caso lo encuentran”.