En Radio Nordeste tuvimos una entrevista con Marisa de las Nieves Delgado, la primera mujer nacida en la Antártida.
Su historia, con experiencias únicas y conexiones emocionales, arrojó luz sobre cómo es la vida en un entorno tan extremo y con las relaciones humanas que florecen en la Antártida.
Marisa nació en la Antártida el 27 de mayo de 1978. A pesar de haber crecido en Buenos Aires, el destino la llevó a experimentar el frío extremo nuevamente, esta vez en Nueva York. Su nacimiento en la Antártida se debe al proyecto nacional de poblar la región, un ambicioso plan que surgió en la década del 40 y se reactivó en 1976-77.
Cabe remarcar que el 23 de febrero del 2023 el Concejo Deliberante de Mar del Plata, en el marco de la conmemoración por el Día de la Antártida Argentina, hizo un reconocimiento a María de las Nieves Delgado, la primera mujer nacida en la Antártida; la entrega fue a través de la Agrupación Antárticos Mar del Plata. También se reconoció a su madre Juana Pabla Benítez por ser la primera integrante y fundadora del Fortín Sargento Cabral en la Base Antártica Esperanza en el año 1978, con la llegada de las primeras familias al Continente Blanco.
Por iniciativa de Martín Aiello (Acción Marplatense), mediante el Decreto Nº 50 se le otorgó el título de “Visitante Notable” a Marisa de las Nieves Delgado, nacida el 27 de mayo de 1978 en la Base Esperanza, Sector Antártico Argentino.
Bueno, en mi caso somos solamente 11, 11 personas en todo el mundo que compartimos el mismo lugar de origen, de nacimiento.
En el año 2000, Marisa tuvo la oportunidad de regresar a la Antártida, visitando la Base Esperanza. Al bajar del helicóptero, experimentó una emoción indescriptible al conectar con su lugar de nacimiento. «Fue como ver todas las fotografías e historias de mi infancia cobrando vida», compartió Marisa.
Viviendo en la Antártida durante sus primeros meses de vida, Marisa describió la cotidianeidad como la de vivir en un pequeño pueblo, con menos de 50 personas realizando actividades diarias. En cuanto a las provisiones, todo se lleva de antemano, desde la comida hasta el agua, que solían obtener de la laguna cercana.
Tras mudarse a Estados Unidos, Marisa mantiene vínculos con otras personas nacidas en la Antártida. Actualmente, un grupo de 11 personas comparte el mismo lugar de origen, y han establecido la fundación «Native Antarcticans». Esta organización busca difundir no solo las actividades científicas antárticas, sino también las experiencias humanas, destacando valores como la solidaridad y la fraternidad que surgen en un entorno tan único.
Cuando hizo hincapié sobre su regreso a la Antártida señaló: «Ese fue la verdad que un trabajo incansable, no solo de mi papá y mi mamá, que siempre quisieron que yo volviera a la Antártida a ver del lugar de donde vengo«.
Al abordar la importancia medioambiental de la Antártida, Marisa destacó su papel como la fuente de agua dulce más significativa del planeta, albergando también minerales y microorganismos de interés científico. Además, la región desempeña un papel crucial en las corrientes oceánicas y la vida marina.
En el final de la entrevista Marisa compartió los objetivos de la fundación Native Antarcticans, centrados en la difusión de actividades antárticas en escuelas y universidades, así como la importancia de resaltar el aspecto social de la vida en la región.
