En la noche de ayer, y luego de una jornada que arrojó numerosos resultados positivos en cuanto al posible hallazgo de los restos de Cecilia, Cesar Sena, principal imputado por la desaparición y presunto femicidio de la joven, pidió intercambiar unas palabras con un sacerdote.
En diálogo con Radio Nordeste, el padre Rafael Del Blanco, párroco de la Iglesia Santísima Trinidad, compartió detalles sobre la conversación que mantuvo con César Sena, en relación a la desaparición de Cecilia Strzyzowski.
“Derrotado y abatido”, así describió el padre Del Blanco el estado emocional de César durante el encuentro, a quien sin embargo calificó como plenamente consciente de sus actos: “Es una persona totalmente lúcida, una persona totalmente consciente, no hay ningún indicio de que tenga alguna cuestión que no le permita comprender la gravedad de los actos”.
Durante la conversación, que no fue, aclara el padre, una “confesión”, César no mostró demasiada empatía por la víctima y se lo vio más preocupado por su propia situación. Le extrañó, sin embargo, a Del Blanco, que César se preguntara para sí mismo una y otra vez “cómo podría perdonar lo que le hicieron”, en posible referencia a sus padres.
Respecto del fatídico día, la conversación dejó detalles significativos. Según cuenta del Blanco, César le aseguró que había dejado a solas a Cecilia con su madre, Marcela, ya que tuvo que salir hacia Colonia Benítez a realizar una diligencia a pedido de su madre. Cuando volvió, Cecilia ya no estaba y su madre, Marcela, le explicó que “habían tenido una discusión y que se fué [Cecilia] enojada”. Respecto a su padre, Emerenciano, no lo menciona en el lugar.
Independientemente de la veracidad o no del testimonio brindado por Sena al Padre del Blanco, en los últimos días ha ido creciendo también la versión, dentro del equipo de fiscalía a cargo del caso, que otorgaría un mayor peso a Marcela Acuña en la autoría del crímen de Cecilia.
